Zapatillas inteligentes que recopilan datos sobre el tiempo, cubos de basura que avisan de la necesidad de recogida o sensores digeribles que monitorizan el estado de un paciente. Internet de las Cosas se está convirtiendo en una realidad, pero ¿qué es exactamente? Y, lo que es más importante, ¿cómo puede ayudar a mi negocio?
Laura Castillo, Analista IDC
Internet de las Cosas es un término cada vez más conocido en España. Para aquellos que todavía no sepan de qué estamos hablando, IDC define Internet de las Cosas (IoT en sus siglas en inglés, Internet of Things) como un conjunto de sensores, sistemas o productos conectados, ya sea de manera inalámbrica o a través de cables, con la capacidad de generar datos de forma automática, sin intervención humana.
España es el quinto país de Europa en inversión en IoT, solo por detrás de Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia. De acuerdo con las estimaciones de IDC, el mercado de IoT en España crecerá de 12 000 millones de euros en 2016 a más de 23 000 millones en 2020, lo cual supone una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) del 17,9%. Estos datos incluyen los gastos relativos a hardware, servicios, software y conectividad, y están alineados con la situación en Europa, donde la tasa CAGR será del 18,3% (ver Figura 1).
A pesar de lo positivo de estos datos, el mercado de Internet de las Cosas se encuentra en una fase inicial de desarrollo en nuestro país. La inestabilidad económica y las restricciones presupuestarias de los departamentos de TI han frenado las inversiones en este ámbito. Sin embargo, la recuperación económica, así como la implicación de las líneas de negocio en la financiación, debería mejorar la confianza de las empresas y dar luz verde a proyectos que acumulan retrasos.
Pero… ¿qué razones están llevando a las organizaciones a invertir en IoT?

Impulsores e inhibidores de IoT
De acuerdo con los estudios de IDC, las organizaciones españolas destacan la automatización de los procesos como la principal ventaja de IoT. A través de ella, las empresas ven la posibilidad de mejorar su productividad y agilidad, ganando ventajas competitivas en el time-to-market. En segundo lugar se sitúa el ahorro de costes operacionales y, más adelante, destaca también la mejora del denominado customer experience, aprovechando los beneficios relacionados con un mayor conocimiento del cliente y la correspondiente personalización de la oferta.
Por el contrario, el principal inhibidor de IoT son los costes iniciales. Los presupuestos conservadores todavía prevalecen, a menos que se demuestre un ROI atractivo. Esto pone de manifiesto la necesidad de que los proveedores dispongan de casos de uso en los que se muestre el retorno real de las inversiones en esta área. En cualquier caso, la existencia de soluciones escalables permite a las organizaciones realizar pilotos a menor coste, y conocer así las ventajas que les va a poder aportar el proyecto antes de abordar su implementación en toda la organización.
La seguridad y la privacidad de los datos también se posicionan como significativos inhibidores que se han de tener en cuenta. Las empresas españolas no sienten que las actuales soluciones IoT protejan de forma segura sus datos corporativos confidenciales. Para cambiar esta opinión, los proveedores de soluciones tienen que ser transparentes con los consumidores para que estos sepan exactamente qué datos se van a utilizar y transmitir, así como por qué medios y con qué medidas de control.
El mercado de IoT en España crecerá un 17,9% hasta 2020, alcanzando los 23 000 millones
Oportunidades en IoT
A pesar de estos inhibidores, IoT se está extendiendo por todos los sectores, aunque destacan especialmente algunos, como el industrial, utilities y retail (ver Figura 2). Los usos de IoT en estos sectores son muy diversos:
En el sector industrial, los casos de uso van desde la trazabilidad y el seguimiento de activos hasta el mantenimiento predictivo, que permite diagnosticar de forma remota un fallo antes que se produzca gracias al análisis en tiempo real, lo cual reduce la probabilidad de situaciones de riesgo.
Por su parte, en el sector retail, IoT permite predecir el comportamiento del comprador con información en tiempo real y, en consecuencia, adecuar la producción y proponer ofertas personalizadas.
En el sector utilities, IoT se utiliza para mejorar la gestión de la energía a través de sistemas de medición inteligentes, así como en aspectos relacionados con la seguridad en el puesto de trabajo.
En el sector transporte, permite el seguimiento de las flotas, gracias a lo cual es posible reaccionar rápidamente en caso de accidente o avería.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que Internet de las Cosas puede hacer por las empresas, pero hay muchos más. Sectores como la Administración Pública, con el impulso de las smart cities —donde el tráfico o la gestión de residuos se regulan a través de sensores— o el sector sanitario, con uso de wearables y la monitorización de pacientes mientras realizan sus actividades cotidianas, también están apostando por el uso de esta tecnología.

Recomendaciones
En nuestra opinión, IoT puede aportar grandes ventajas competitivas a prácticamente todos los sectores industriales. Pero para alcanzar el éxito en este viaje, estas son algunas recomendaciones:
Desarrollar un plan estratégico y táctico de IoT que cubra los próximos años, no solo el corto plazo. Identificar el papel que la compañía puede representar en IoT y aprovechar las ventajas competitivas, fomentando una cultura de innovación.
Piensa en grande, empieza pequeño y escala rápido. Empieza por un piloto y avanza desde una perspectiva de integración y consolidación hasta el despliegue de IoT en toda la compañía.
Pon el foco en la seguridad. Es necesario que la solución seleccionada incluya, desde la fase de diseño, mecanismos de control que aseguren la privacidad de los datos y la calidad del servicio mediante, por ejemplo, test de privacidad y un cifrado seguro.
Confía en expertos. La puesta en marcha de un proyecto de IoT requiere de una gran cantidad de capacidades distintas (despliegue de sensores o dispositivos, implantación de plataformas, gestión de la conectividad, almacenamiento, recolección y análisis de datos, etc.). Ninguna empresa puede proporcionar una solución end-to-end de IoT por sí sola, por lo que es necesario que los proveedores establezcan ecosistemas de partners fuertes y amplios.