Los orígenes de blockchain, vinculados a las criptomonedas, han provocado inconscientemente que lo asociemos al sector financiero. Las diversas fluctuaciones en el valor de las múltiples criptomonedas existentes, arrojaron un mensaje de incertidumbre e inestabilidad que puede haber puesto en entredicho la consolidación de blockchain.

Más allá de todo esto, blockchain es mucho más que una moneda digital. Los datos de IDC lo confirman, y según sus estimaciones, en 2019 las organizaciones europeas invertirán la cifra de 568 millones de euros en una gran variedad de proyectos que llegarán a la práctica totalidad de las industrias existentes. De hecho, el crecimiento de este mercado para los próximos años se espera que alcance un crecimiento sostenido hasta 2022 de más del 60%.

¿Pero dónde se está materializando blockchain? ¿Cómo se traslada al mundo real? La respuesta tiene que ver mucho con los procesos de transformación digital que las organizaciones están acometiendo. El blockchain se ha convertido en un catalizador común para cualquier nuevo proyecto digital que quiera abordar la optimización de procesos, la mejora de la confianza digital o cualquier nueva estrategia de ciberseguridad.

Examinando las diferentes áreas de inversión de blockchain, llama la atención el crecimiento del área de servicios asociados por encima del 70% en los próximos tres años,por delante de las partidas de hardware o software. Este dato precisamente confirma cómo blockchain se está integrando en el ADN de los nuevos proyectos digitales y, por ello, la capa de servicios de integración será una prioridad.

La utilización de blockchain en los sectores más tradicionales y consolidados, como la banca y la industria, refuerzan la realidad de una tecnología que ha demostrado ser válida para cualquier sector y que se abre hueco por sus bondades a la hora de consolidar proyectos de identidades en la banca y gestión de activos financieros, o en los proyectos industriales asociados a la logística y distribución de bienes y servicios.

El futuro de blockchain toma forma a medida que se consolidan las inversiones que lo afianzan en unos pilotos que poco a poco se convierten en proyectos reales en ejecución. Y aunque algunas áreas todavía están madurando, el futuro inmediato de blockchain pasará la consolidación de grandes proyectos en curso en los próximos años.

Alguno de ellos ya ha sido recogido en las predicciones lanzadas desde IDC en este año, como la consolidación en 2020 de un 5% de los pilotos de votación vía blockchain en curso en el 15% de las regiones o el uso en 2022 de blockchain por más de 150 millones de personas en todo el mundo que tendrán una identidad digital vinculada a sus móviles.

Con todo esto podemos afirmar que blockchain es más que una realidad, ya que forma parte de la definición de cualquier nuevo servicio y/o proceso digital y que se propaga rápidamente a medida que la madurez digital de las organizaciones y el nuevo mercado digital imponen sus nuevas necesidades.

Emilio Castellote

Analista Senior, IDC