Los ejecutivos del sector público, ya sean responsables de programas o de TI en grandes gobiernos nacionales, o funcionarios de ciudades y regiones, se enfrentan a un dilema en los próximos años. Deben utilizar con prudencia los cuantiosos fondos puestos a su disposición por los paquetes de recuperación de la COVID-19. Al tiempo que averiguan cómo aprovechar los beneficios del tsunami de datos e innovación tecnológica.

Una oportunidad única para reimaginar los resultados sociales y medioambientales

Los paquetes de recuperación de COVID en todo el mundo ascienden a un total de 10 billones de euros. Las instituciones de la Unión Europea están inyectando recursos en la economía.

  • 750.000 millones de euros proceden del plan de la UE de próxima generación.
  • 1,1 billones de euros procederán del Marco Plurianual de la UE 2021-2021.
  • Países como Alemania y Francia están añadiendo otros 100.000 millones de euros cada uno.

La financiación de la recuperación de COVID ofrece a los líderes del sector público europeo una oportunidad única para reimaginar sus economías. Es una oportunidad para hacer que:

  1. Las sociedades sean más inclusivas
  2. Las infraestructuras sean más eficientes y resistentes a las crisis
  3. Las ciudades sean más habitables y prósperas
  4. La movilidad sea más cómoda, asequible y segura

Es una oportunidad para cumplir la promesa de una economía neta cero que sea más sostenible frente a las tensiones a largo plazo, como el cambio climático. Aprovechar los datos y las innovaciones tecnológicas será fundamental para aprovechar esta oportunidad.

El tsunami de los datos y la innovación tecnológica

Los departamentos de la administración nacional, las regiones y las ciudades llevan más de 40 años utilizando las tecnologías de la información y la comunicación. El ritmo de la innovación se ha acelerado en los últimos cinco o diez años.

Tecnologías como la Internet de las cosas, la computación de borde, la computación en la nube, la inteligencia artificial, el blockchain, la automatización de procesos robóticos y los gemelos digitales, se han vuelto asequibles a escala. Estas tecnologías prometen no solo apoyar los servicios y procesos gubernamentales existentes, sino también reimaginarlos y empoderar a los líderes de los servicios públicos para traducir las cantidades masivas de datos que recopilan en conocimientos valiosos para tomar decisiones políticas y operativas inteligentes.

La emergencia de COVID ha acelerado esta transformación. Las medidas de distanciamiento social convirtieron en norma las interacciones digitales entre el gobierno y los ciudadanos, el gobierno y las empresas, y entre los gobiernos. Catapultó a los funcionarios al futuro de los acuerdos de trabajo flexibles y a distancia. Impulsó al gobierno a poner en marcha medidas urgentes de salud pública y recuperación económica que debían traducirse en nuevos flujos de trabajo empresarial y servicios digitales.

Permitir resultados sociales a largo plazo mediante la innovación de datos y tecnología

Los directivos del sector público europeo deben utilizar los datos y la tecnología para tomar decisiones políticas inteligentes, transparentes y oportunas sobre cómo diseñar y ejecutar programas críticos. Deben prestar servicios fluidos e intuitivos a los ciudadanos y a las empresas, para que los electores puedan aprovechar las ventajas de estos programas de recuperación.

Deben utilizar los datos y la tecnología como claves para desbloquear la próxima normalidad de servicios públicos eficientes, de confianza, con gran capacidad de respuesta, inclusivos y convenientes (ETHIC), de modo que puedan reimaginar cómo las personas logran la prosperidad económica, alcanzan el bienestar físico y mental, mantienen el orgullo del lugar y entablan relaciones de confianza con sus amigos, comunidades e instituciones. En una palabra, cómo la gente busca la felicidad.

Los líderes del sector público que consigan aprovechar estas oportunidades convertirán la innovación en materia de datos y tecnología en el centro de sus operaciones. Los que se demoren, se arriesgan a malgastar el dinero de los contribuyentes en una tecnología heredada costosa e insegura, en aplicaciones ciudadanas elegantes pero no utilizadas, en modelos de trabajo anticuados, en procesos manuales rígidos, en datos enterrados en cintas olvidadas y en montones de papel.