Los nuevos imperativos del CIO

El 74% de los CIO encuestados por IDC este año son conscientes de que su rol debe mutar para evolucionar de ser un perfil puro de liderazgo tecnológico a responsabilizarse también de la estrategia de negocio. Este, apunta José Antonio Cano, director de análisis y consultoría de IDC en España, es, de hecho, “el gran reto” de estos directivos, que ven “cómo sus funciones cada vez son más absorbidas por los líderes de las líneas de negocio, que cada vez tienen más peso en la toma de decisiones tecnológicas”.

Los CIO, añade el experto, se hallan ante una disyuntiva: “Seguir desempeñando el rol tradicional del CIO, centrado en la gestión tecnológica pura y dura, o transformarse en un orquestador de tecnología y negocio y asumir una actitud de liderazgo con el fin último de aunar ambos mundos: TI y Negocio; una opción que implica necesariamente que estos directivos justifiquen muy bien su valor y convenzan a la alta dirección del impacto que la tecnología tiene en el negocio”.

«La postura del CIO tradicional está abocada a la extinción»

El escenario incierto y cambiante, asegura Cano, está acelerando esta mutación. “Si, según nuestras previsiones de este año, el 60% de los CIO serán medidos en 2023 por su capacidad de generar negocio, ahora, además, la tendencia pasa por exigirles nuevos modelos operativos para transformar el flujo de valor y hacer frente a la actual volatilidad del mercado. Por todo esto podemos afirmar que la postura del CIO tradicional está abocada a la extinción”.

Los nuevos imperativos para el CIO 

¿Qué implica el nuevo rol del CIO? El primer imperativo, según la firma de análisis, es que sea capaz de expandir nuevos modelos de negocio y ”asumir el rol de mentor junto al resto de responsables de las unidades de negocio”. Este, explica Cano, va unido al segundo, que no es sino pivotar hacia nuevos modelos operativos de negocio que den respuesta a los actuales requisitos de agilidad empresarial.

El tercer imperativo del CIO es conseguir la integración de la automatización dentro de la organización. “Las compañías y organizaciones en general organizan sus procesos de negocio en silos: recursos humanos, ventas, etc. Pero en los tiempos que corren hay que adoptar un modelo más integrado de organización en el que la automatización se abrace de forma transversal”.

Otro requisito clave para este nuevo CIO está relacionado con el puesto de trabajo o, más bien, dice el analista, con el empleado en sí. “Llevamos ya tiempo hablando de las bondades de impulsar la cultura de la experiencia de empleado en las organizaciones (con impactos positivos en el compromiso de los trabajadores respecto a sus empresas, en la productividad de estos y en el ROI) pero ahora hay que dar un paso más para mejorar la eficacia de estas prácticas que se están ahora gestando”.

La sostenibilidad, tanto en los costes como en el aspecto medioambiental, es el último gran imperativo para el CIO de nueva generación. “Estos perfiles deben ir adoptando prácticas como FinOps, para mejorar la gestión económica de los proyectos de TI, y adoptar métricas en materia de sostenibilidad, sobre todo teniendo en cuenta el complejo escenario actual, marcado  por una inflación disparada que no parece que podrá controlarse hasta 2023, y por la amenaza de la guerra nuclear, que también está ahí, y que puede poner en riesgo la cadena de suministro. Por no hablar del elevadísimo coste actual de la energía…”, culmina el experto.

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El gasto mundial en servicios de telecomunicaciones y televisión de pago será de casi 1,6 billones de dólares en 2022, lo que representa un aumento interanual del 1,9% según IDC.

 La última previsión es un poco más optimista que la versión publicada en mayo, ya que supone que el crecimiento del valor total del mercado será 0,5 puntos porcentuales mayor. IDC cree que este movimiento positivo es consecuencia de la inflación (es decir, el aumento de las tarifas de los servicios de telecomunicaciones).

Como consecuencia de las presiones inflacionistas que han empezado a amenazar su rentabilidad, los operadores de telecomunicaciones han empezado recientemente a aumentar las tarifas de sus servicios. Una simple analogía indica que las tarifas más altas significan que los clientes están pagando más, y el valor nominal total del mercado está creciendo más rápido de lo que se esperaba. Esta tendencia es común en todas las regiones del mundo y ha provocado cambios similares en sus respectivas previsiones de ingresos para 2022: el crecimiento en América se ha incrementado en 0,3 puntos porcentuales, en Asia/Pacífico en 0,5 puntos porcentuales y en EMEA en 0,9 puntos porcentuales.

El aumento en EMEA procede sobre todo de Europa, una región que está experimentando una inflación superior a la media, al tiempo que lucha por encontrar un sustituto para la energía rusa barata. Aun así, el mayor crecimiento de los ingresos este año se espera en la región de Asia/Pacífico, impulsado por la relativamente menor saturación de los mercados de telecomunicaciones.

Con las subidas de tarifas, la mayoría de los operadores se han centrado inicialmente en la sección móvil del mercado, elevando los precios medios en un porcentaje de un solo dígito. Esto se ha hecho porque la sección móvil representa una parte importante del mercado de todas las empresas de telecomunicaciones, por lo que el resultado de dicha acción es visible antes; y en el segmento fijo, y especialmente en su parte B2B, suele haber una elevada proporción de clientes con contratos plurianuales que no pueden romperse sin penalizaciones. En consecuencia, nuestra previsión de gasto en servicios móviles para 2022 se ha incrementado en 0,7 puntos porcentuales, por encima de la media del mercado global.

La inflación genera un deterioro del poder adquisitivo de los consumidores y las empresas, lo que provoca una disminución de la demanda. Afortunadamente, en el caso de los servicios de telecomunicaciones, no es probable que la disminución de la demanda sea masiva. Esto se debe a que la elasticidad de los servicios de telecomunicaciones, al igual que la de cualquier otro servicio público, es relativamente baja (es decir, la demanda de estos servicios cambia menos que proporcionalmente cuando su precio aumenta o disminuye). La elasticidad es mayor en los países menos desarrollados simplemente porque una mayor parte de los clientes no puede permitirse servicios más caros: suelen optar por migrar a paquetes más baratos o incluso abandonar algunos servicios que consideran sustituibles. En cambio, la elasticidad es menor en los países o regiones con mayor poder adquisitivo, lo que explica el impulso relativamente mayor del gasto en Europa, como ya se ha mencionado.

Según las últimas previsiones publicadas por el Fondo Monetario Internacional, la inflación ha llegado para quedarse al menos durante los próximos tres años. En consecuencia, el baile entre el aumento de los precios y la disminución de la demanda seguirá siendo una constante del sector de las telecomunicaciones. Aunque la elasticidad de los servicios de telecomunicaciones es relativamente baja, la inflación, junto con una posible recesión, podría arruinar el frágil equilibrio entre precios y demanda. Según Kresimir Alic, director de investigación de Servicios de Telecomunicaciones Mundiales de IDC, «Mantener unos márgenes saludables requerirá rondas adicionales de subidas de precios y su capacidad para equilibrar cuidadosamente ambas fuerzas determinará el desarrollo futuro de los mercados de telecomunicaciones en países, regiones y en todo el mundo.»

IDC Tracker proporciona a los proveedores información sobre tamaño de mercado preciso y oportuno, la cuota de los proveedores y las previsiones para cientos de mercados tecnológicos de más de 100 países de todo el mundo. Utilizando herramientas y procesos de investigación propios, los Trackers de IDC se actualizan semestral, trimestral y mensualmente. Los resultados de los rastreadores se entregan a los clientes en forma de tablas de Excel fáciles de usar y herramientas de consulta en línea.

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El mercado español de cloud podría alcanzar los 2.875 millones de euros este año

  • Del gasto total en iniciativas de transformación digital el pasado año, el 24% ya correspondió a soluciones cloud.
  • El mercado de la cloud pública podría generar en España 5.143 millones de euros para 2025.

Los modelos operativos en la nube continúan siendo el enfoque predominante entre las organizaciones españolas durante este 2022, fundamentalmente por la relevancia que estos modelos representan en las iniciativas de transformación digital. El mercado español de cloud podría alcanzar los 2.875 millones de euros para 2022, con una tasa de crecimiento anual compuesto del 21.9% entre 2021 y 2025. Resulta significativo que, del gasto total en iniciativas de transformación digital en 2021, el 24% ya correspondió a soluciones cloud.

Esto se debe principalmente a que las empresas cada vez están respondiendo más a las dinámicas de la economía digital, donde la prioridad se encuentra en la búsqueda de la agilidad empresarial y la resiliencia a través del despliegue de diversas tecnologías digitales habilitadas por múltiples nubes distribuidas en arquitecturas híbridas.

Según la encuesta europea Future Enterprise Resiliency and Spending Survey de IDC, cerca de la mitad de las organizaciones españolas entrevistadas están invirtiendo en múltiples estrategias de nube, asignando capacidades y recursos a través de diversas nubes, lo que refuerza la tendencia de que éste es un mercado que crece en todos los segmentos (IaaS, PaaS y SaaS).

Adicionalmente, el 32% pretende buscar una experiencia sin fricciones entre las múltiples nubes, sin preocupaciones sobre la ubicación de los datos y aplicaciones, y lo que es más importante, logrando el máximo impacto empresarial a través del acceso a los datos de forma segura, utilizando una amplia gama de recursos que permiten una mayor agilidad y resiliencia. Por otra parte, solamente una de cada diez empresas españolas adopta un enfoque simple en el que a través de una sola plataforma esperan acceder a una amplia gama de servicios para satisfacer la demanda de diferentes stakeholders de sus organizaciones.

Por su parte, el mercado de cloud pública también crece rápidamente en España. Este segmento podría llegar hasta los 5.143 millones de euros para 2025, con una tasa de crecimiento anual compuesto del 21.9%. El motivo radica en que la nube pública es el entorno más popular y común para implementar aplicaciones y servicios empresariales de una manera rentable, fácil de usar y escalable.

No obstante, las organizaciones no solo están moviendo sus cargas de trabajo desde entornos on-premise a la nube pública, sino que también buscan múltiples opciones de nube, ya sea pública, privada, híbrida, multinube o contenedores, en función de sus requerimientos operativos y regulatorios.

Nube híbrida: la apuesta más demandada

La gestión de la nube híbrida se erigirá en un área de inversión importante para las organizaciones europeas.  Y para lograr una adecuada política de gestión de costes en la nube que se alinee con sus estrategias empresariales, la implementación de capacidades de FinOps y CloudOps comienza a despegar.  Estas capacidades de gestión de la nube ayudan a brindar una optimización de costes, disponibilidad, flexibilidad, seguridad unificada, gestión basada en políticas, movilidad de los datos y excelencia operativa. En relación con esto, el control de costes es fundamental para mantener el crecimiento de la organización, especialmente cuando se trata de generar la resiliencia que permite navegar tiempos de incertidumbre geopolítica y económica como los actuales.

Por estas razones, la cloud híbrida está siendo predominante en las organizaciones porque justamente ayuda a abordar esas necesidades.

La resiliencia de los datos, prioritaria

La resiliencia digital es vital para que las organizaciones se adapten rápidamente en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA). A medida que aumenta la dependencia de las organizaciones en los datos para generar modelos de negocio digitales, la resiliencia de los datos se está convirtiendo en un imperativo estratégico para el CIO. Según IDC, las organizaciones europeas citaron la satisfacción del cliente y la eficiencia operativa como sus dos principales prioridades de negocio, las cuales dependen de una sólida resiliencia de los datos.

La integridad y la calidad de los datos, la disponibilidad de los mismos, la protección de datos entre nubes, la movilidad de los datos y la resiliencia cibernética son las 5 capacidades principales que las organizaciones buscan desarrollar para garantizar la resiliencia de la información. Esto indica que casi todos los aspectos del ciclo de vida de los datos deben ser robustos para alcanzar dicha resiliencia.

Desde la perspectiva de gestión de datos se requiere de una protección unificada en cloud que otorgue la capacidad de mover datos a través de entornos híbridos de múltiples nubes y la capacidad de recuperarse de ataques de ciberseguridad como el ransomware. Desde una perspectiva de estrategia de datos, las organizaciones buscan mejorar las capacidades, el acceso, la calidad y la disponibilidad de los datos para garantizar la resiliencia de los mismos.

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Fuente: “Cloud y resiliencia de los datos: Aspectos clave en el nuevo contexto de TI”

Ecosistemas digitales o cómo generar valor conectando organizaciones y sectores

Los ecosistemas de los diferentes sectores desempeñarán un papel fundamental en los próximos años para las empresas que entiendan que necesitan contar con un grupo de socios de apoyo que funcionen como una extensión escalable de las organizaciones

competitividad digital

A medida que la tecnología se posiciona como facilitadora del negocio digital, vemos como todos los sectores se están apoyando en el desarrollo de ecosistemas digitales tanto dentro de su sector como interconectando con otros, principalmente a través de arquitecturas en la nube. Estos ecosistemas están difuminando las barreras entre diferentes sectores, pero sobre todo generando valor entre ellos.

Las organizaciones de todos los sectores, incluidos industrial, salud, comercio minorista, servicios financieros, inmobiliario o administraciones públicas continúan expandiéndose y evolucionando la forma en que se relacionan con diferentes socios del ecosistema.

Las cadenas de valor tradicionales ahora son circuitos cerrados iterativos abiertos entre un conjunto variado de socios de dentro y fuera de estas organizaciones, incluso dentro y fuera de su sector.

Es necesario por tanto trabajar más de cerca con los socios del ecosistema de la industria para impulsar la innovación; aumentar las habilidades, la capacidad y el conocimiento, consiguiendo de este modo organizaciones más resilientes.

IDC estima que para 2023, el 60% de los ecosistemas de la industria establecerán centros de innovación abiertos para la colaboración entre industrias, el desarrollo de aplicaciones compartidas, la participación personalizada del cliente y un crecimiento interanual del 5 % de participantes.

Hoy en día ya existen ejemplos de empresas, colaboradoras y competidoras, que trabajan juntas para compartir datos e ideas, compartir aplicaciones, operaciones o experiencias. Consiguiendo ofrecer productos, servicios y experiencias de una manera física y digital combinada al cliente o ciudadano.

Hay múltiples casos de uso que respaldan cada una de estas iniciativas que desde IDC estimamos que no solo van a crecer, sino que se expandirán considerablemente en los próximos años. Los ecosistemas de los diferentes sectores desempeñarán un papel fundamental en los próximos años para las empresas que entiendan que necesitan contar con un grupo de socios de apoyo que funcionen como una extensión escalable de las organizaciones, así como una fuente de datos e información, codesarrolladores de aplicaciones y proveedores de operaciones compartidas. De hecho, para 2026, el 25% de la nueva cartera de aplicaciones de organizaciones públicas, privadas y sin fines de lucro globales y locales consistirá en aplicaciones desarrolladas por consorcios dentro de su ecosistema industrial.

Se va a producir una brecha digital entre las empresas que se no han evolucionado digitalmente y las que lo han hecho con una red de socios del ecosistema, organizaciones industriales y consorcios

Los directivos son cada vez más conscientes de que es necesario un ecosistema flexible para moverse rápidamente y satisfacer así las necesidades cambiantes del cliente final, garantizar la seguridad y calidad de los productos y servicios, adaptarse a cualquier interrupción y evolucionar, del mismo modo que lo hace un ecosistema biológico.

En los próximos años vamos a ser testigos de la aparición de una brecha digital entre las empresas que se no han evolucionado digitalmente y las que se han transformado mediante la incorporación de una red de socios del ecosistema, organizaciones industriales y consorcios.

Estas organizaciones que se centran en los ecosistemas de la industria comenzarán a obtener, además, una parte importante de sus ingresos de estos nuevos modelos comerciales. En este entorno, resulta fundamental adoptar un enfoque abierto en el ecosistema del sector y utilizar herramientas como gemelos digitales, blockchain y comunidades de innovación para acelerar, monetizar y obtener valor de los datos. Esta evolución va a tener impacto tanto en el sector público como en el privado:

  • Desde IDC estimamos que para 2024, el 50% de las administraciones públicas asumirán un papel activo en el desarrollo, la escala y el apoyo de ecosistemas sectoriales a través de la legislación, la financiación, la seguridad y las infraestructuras tanto digitales como físicas.
  • Para 2026, en promedio, el 30% de los ingresos de las grandes empresas se derivarán de iniciativas de operaciones, aplicaciones y datos compartidos del ecosistema de la industria con socios, entidades de la industria y redes comerciales.

Otro punto relevante en esta economía de ecosistemas es la capacidad que supone a la hora de satisfacer la demanda de sostenibilidad con socios dentro y entre industrias manteniendo las capacidades operativas.

Las organizaciones de todas las industrias exigirán de manera creciente que sus socios del ecosistema de la industria sigan un enfoque de gobernanza social ambiental alineado para que la misión de su ecosistema de la industria sea consistente y puedan cumplir con las expectativas de los ciudadanos o clientes.

Para 2024, el 80% de los organizadores del ecosistema de la industria exigirán una política ESG [1] uniforme para los participantes del ecosistema de la industria a través de una plataforma de gobernanza y aplicaciones para la verificación inicial y continua.

Finalmente, en este contexto es fundamental que consigamos expandir el alcance de la Confianza Digital, abarcando a empleados, clientes, cadena de suministro o aplicaciones.

No te pierdas Future of Industries 2022 el 24 de noviembre