Resiliencia digital de las organizaciones

25 Mar

Resiliencia digital de las organizaciones

COVID-19 nos ha enseñado que las organizaciones que han invertido en tecnologías y herramientas digitales han sido más resistentes. Tanto si se trata de una tienda física que entrega sus productos a la puerta de sus clientes, como de una escuela que imparte clases a distancia o de un productor de leche que distribuye sus productos. En el último año las empresas han comprendido el papel central de las tecnologías digitales. No solo para mantener las operaciones en funcionamiento, sino también para innovar y pivotar ante nuevas necesidades. Esto también ha acelerado la transformación digital (DX) de muchas organizaciones.

Según el director general de SAP, Christian Klein,

«La reciente pandemia es una crisis que afectará drásticamente a las sociedades y a los negocios durante meses y probablemente años. La transformación digital ya no es una opción, sino una obligación«.

¿Estamos preparados para crisis posteriores?

Vivimos en un mundo global e interconectado. Y, las crisis sistémicas como la de la COVID-19 son más probables que nunca. Por lo que, una cuestión clave para los líderes empresariales es saber hasta qué punto están preparados para futuras crisis. Como dijo uno de los miembros de la Junta Consultiva de CIO de IDC,

«Hemos experimentado una crisis: ¿seremos realmente más resistentes a las crisis en el futuro?».

Según una reciente encuesta de IDC sobre el sentimiento de los compradores de TI, esta es la principal prioridad para alrededor del 60% de las organizaciones de la UE en 2021.

«Muchas empresas se están dando cuenta de que las formas establecidas de operar y organizarse se han quedado obsoletas en muy poco tiempo… Ahora debemos capitalizar estas experiencias e incorporar las lecciones aprendidas a nuestro trabajo. Todos estamos mostrando una gran resistencia y responsabilidad». Dijo Guido Stratta, responsable de personas y organización de Enel.

Pero, ¿qué significa ser «digitalmente resistente»?

Una de las principales lecciones aprendidas de la pandemia es que los enfoques tradicionales sobre el riesgo informático y la capacidad de recuperación de las empresas no eran lo suficientemente buenos. Por ello, muchas empresas no estaban debidamente preparadas para hacer frente a la crisis. Los directivos de las empresas recurrieron a las tecnologías digitales para mantener las operaciones. Y, algunos buscaron la ayuda de la tecnología digital para pivotar rápidamente su negocio y capitalizar las condiciones cambiantes del mercado.

Por eso, IDC cree que para tener éxito en la economía digital, los enfoques de resiliencia de las TI y de las empresas deben fusionarse en un nuevo enfoque, lo que IDC llama resiliencia digital.

La resiliencia digital es la capacidad de una organización para adaptarse rápidamente a las interrupciones del negocio aprovechando las capacidades digitales. No sólo para restaurar las operaciones del negocio, sino también para crecer y capitalizar las condiciones cambiadas.

Marco de resiliencia digital

IDC ha creado un Marco de Resiliencia Digital que incluye tres fases de respuesta a una crisis. Y, seis dimensiones organizativas que son habilitadas por una arquitectura tecnológica digital compartida.

Para cada dimensión organizativa, IDC ha identificado a los profesionales clave del negocio para mejorar la resistencia dentro de esa dimensión en cada fase de respuesta. Además, IDC ha destacado los casos de uso clave y las tecnologías habilitadoras que pueden ayudar a los líderes empresariales a lograr estos resultados empresariales.

Para sobrevivir y prosperar en la próxima normalidad, la resistencia digital debe lograrse dentro de cada una de estas seis dimensiones organizativas:

  • Liderazgo y organización. La dirección de la empresa y la oficina del CIO deben trabajar en conjunto con el resto de la organización. Esto permitiría mitigar las debilidades en todas las dimensiones, comprendiendo las interdependencias y uniéndolas.
  • Personal. El objetivo es optimizar la experiencia de los empleados en tiempos de extrema incertidumbre. En concreto, esto abarca cuestiones importantes como el compromiso y la productividad de los empleados. Además de la retención y la incorporación, las habilidades y el aprendizaje, y la salud y el bienestar.
  • Clientes y ecosistemas. Incluye las relaciones con los clientes, los proveedores y los socios. Y, cómo desarrollar, retener, renovar y optimizar estas relaciones en una crisis.
  • Marca y reputación. Los clientes, socios y proveedores consideran que la respuesta de una empresa a una crisis es una medida de la calidad e integridad de una organización y su liderazgo. La confianza en la marca y la reputación de una empresa se gana lentamente, pero se pierde rápidamente.
  • Financieros. Los pasivos pendientes de una organización y los recursos financieros disponibles determinan claramente su supervivencia a corto plazo. Pero la resistencia financiera es más que esto. También incluye la capacidad de una organización para aprender del pasado y predecir posibles amenazas financieras futuras.
  • Operaciones. La resiliencia operativa va más allá de la planificación tradicional de la continuidad de la actividad. Utilizando técnicas de planificación ágiles y adaptativas para construir respuestas incrementales y oportunas a los problemas operativos debidos a los retos internos y a la dinámica externa/del ecosistema.

3 pasos para que los líderes se vuelvan más resistentes digitalmente

  1. Evalúe su situación y compárela con la de sus homólogos. Para entender cómo mejorar la resistencia digital es necesario tener una idea clara del punto de partida. El marco de resistencia digital de IDC es una herramienta útil para que las empresas evalúen su propia resistencia digital en relación con estas seis dimensiones. IDC lanzará en breve un cuadro de mando para que las empresas puedan conocer su nivel de resistencia y riesgo, compararse con sus homólogas y planificar el siguiente paso para mejorar su resistencia.
  2. Establezca su brújula hacia la resiliencia digital. Una vez que tenga un punto de partida claro, dispondrá de un mapa claro de las áreas de mejora y de los casos de uso e inversiones tecnológicas clave que deberá priorizar para progresar en la hoja de ruta y ser más resistente digitalmente.
  3. Nunca deje de mejorar. La resistencia digital no consiste únicamente en restablecer las operaciones y mantener el negocio en funcionamiento. Las empresas necesitan adaptarse, anticiparse a los escenarios futuros, acelerar la innovación y crear nuevas oportunidades. Por eso la resistencia digital es un principio central de la empresa del futuro, basada en plataformas, centrada en el ecosistema, impulsada por los datos y alimentada por la innovación.